Arrepentimientos

-Rescatando ideas de mi diario, este escrito es de 2016-

“Aunque no existe el hubiera, y auqnue no puedo cambiar el pasado, la verdad es que hay cosas que sí haría diferentes…

El primer arrepentimiento que recuerdo es del intermedio de una asamblea, quizás yo tenía entre 3 o 4 años, desde entnces la admiraba a ella, una joven agradable a la que le gustaba cuidarme, ni me acuerdo por qué me enojé, quizás porque no entendía su sentido del humor y me hizo alguna broma, y aunque esa edad ni sabía lo que era el orgullo, recuerdo perfectamente que percibió mi enojo y me dijo -¿quieres pastel?- y yo -¡No!- pero sí quería, hasta la fecha me encanta el pastel, -me ha de haber insistido como 3 veces y yo todas bien indignada le dije que no, ¿de dónde saca tanta indignación una niña de 3 o 4 años? No lo sé.

Mi segundo arrepentimiento fue hasta el 2o año de primaria, íbamos air de paseo, no recuerdo si a la fábrica de galletas, o quizás la de amaranto, pero la maestra nos dió chance de escoger nuestra pareja para el autobús, pero yo bien distraída, mientras los demás escogieran yo me metí a mi mundo de fantasía, como era mi costumbre, programada para salir de él hasta escuchar mi nombre, aunque le tenía un pavor insano a la autoridad y a que me regañaran, así que no quería que la maestra se diera cuenta de que estaba distraída.

De repente escuché mi nombre, y me preguntó por segunda vez -Entonces Eli -¿Quieres ir con él?- Pensé, de quién habla, pero no me atrevía a preguntarle, y escuché entre voces el nombre de uno de los niños, así que dije -No-, sin saber bien de quién hablaban.

La maestra estaba muy enojada y terminó poniéndome a propósito con el niño más odiado del grupo, el que por alguna razón olía a que se había hecho del baño. Íbamos tomados de la mano en fila para salir de paseo, y fué hasta ese momento en que los otros niños me hiceron burla y me dijeron, -Y todo porque no quisiste ir con Fulanito- casi me da un shock, Fulanito era el niño que me gustaba, y yo lo había rechazado por miedo, a que me regañaran, y no preguntar.

Tal vez mi relación con el sexo masculino habría sido diferente si hubiera podido ir con él en el paseo, porque la verdad es que nunca pude tener una conversación decente con un chico de ahí hasta la edad adulta, al menos en adelante mis relaciones con chicos fueron un desastre, así que tuve muchos más arrepentimientos que tenían que ver con chicos, pero son historias aparte.

Si hubiera sabido de los hipsters o de la serie Patito Feo cuando tenía 9, tal vez habría tenido más el valor de aceptar mi apariencia como era, y no sentirme Bety la fea o Mandolina, o la Maestra Canuta. Así que sí supiera lo que sé ahora, sabría desde niña que los lentes y el estar chimuela no eran lo que me hacían fea sino mi actitud, mi inseguridad, y aferrarme a las ideas y estereotipos de princesa de Disney. En resumen mi arrepentimiento es que me hubiera gustado tomarme las burlas con más sentido del humor, aunque bueno lo normal es que un niño no sepa manejar esas situaciones, ¿o sí?

Me hubiese gustado hacer más caso a mi maestro de literatura, escribir más, leer más, supongo si hubiera visto, oído y escrito, tendría por tanto mejor material. Debí leer ese día el poema con el acento que imaginé en voz alta, no me atreví.

Me hubiera gustado guardar mis proyectos del bachillerato, servirían de base e inspiración para nuevos proyectos, los dejé perder… pero ya pasó, lo pasado, pasado. Solo queda aprender de él”

A esta lista, de la cual sé que ya estoy en paz con todo lo anterior, cada hecho tuvo su razón de ser, pero si añadiría uno más, el arrepentimiento más reciente, sé que los amantes de los animalitos me odiarían por este, pero de verdad no he logrado resolverlo:

Dejé a mi perrita, me divorcié y me hubiera gustado traerme conmigo a mi perrita a la casa donde rento ahora, pero sé lo que implica cargar con ella, estoy en otro estado de la República Mexicana, no rento un lugar con patio suficiente para ella, (no es raza chica), y la dejaría sola muchas horas, a diferencia de donde está que es la casa donde vivía con mi suegra, donde tiene espacio para correr, donde puede jugar con las otras perritas; lo que más me duele es que el lazo más fuerte lo tenía conmigo, sé que no la van a consentir como yo lo hacía, ni jugar tanto con ella, seguramente comida tiene, aunque no le van a dar las mismas atenciones y cuidados que yo le daba, y aunque ahí está acostumbrada a estar, sigo sintiendo horrible por haberla dejado, porque por más que me justifique sigo pensando que es como abandonar a la familia, y me sigo sintiendo culpable por no ser capaz de buscar un estilo de vida compatible con traerla conmigo…

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?

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