Aun no se si estoy lista para escribir sobre esto, pero tarde o temprano lo terminaré publicando, y últimamente prefiero hacer las cosas en lugar de solo pensarlas…
Lo primero que quiero admitir es mi egoísmo, después de mi limerencia con el primer amor, en la que llevé la obsesión al límite, pensaba que nunca más me iba a volver a enamorar, pero tampoco quería estar sola el resto de mi vida. (Para los Testigos de Jehová solo puedes estar bien con Dios viviendo en pareja si contraes matrimonio, así que decidí que sí quería casarme, aunque no me enamorara más nunca).
Los Testigos de Jehová tienen manuales y pasos para toda decisión en la vida, y la elección de pareja es una de las más importantes, y bueno no quería seguir los pasos al pie de la letra, porque sí sabía que pate del resultado que quería evitar, era casarme con un modelo cristiano perfecto, no quería un anciano (pastor) de congregación, ni un precursor regular (personas que se dedican al ministerio la mayor parte de su tiempo); porque nada de eso iba conmigo, yo ni si quiera quería seguir siendo precursora. Pero sí sabía lo que quería y por lo tanto el paso uno lo seguí tal cual.
Paso 1 para conseguir pareja siendo Testigo de Jehová. Conócete bien y conoce lo que quieres.
Me conocía relativamente bien a mis aproximadamente 20 años, sabía que quería en una pareja: alguien que me gustara, que me hiciera reír, y a quien yo pudiera apoyar.
Paso 2. Pídeselo a Jehová en oración de manera sincera, específica, con fe y devoción.
Sí hice esa oración, a pesar de que no era la Testigo de Jehová más feliz, porque no me gustaba la biblia ni las reuniones, sí creía en ese entonces en la religión que profesaba, así que le oré muy sinceramente a Jehová y le dije que quería un esposo, que no fuera muy “espiritual” ni anciano ni precursor porque estaba segura de que no quería esa vida, pero que sí me gustara, que me hiciera reír, con quien disfrutar, y a quien yo pudiera apoyar económicamente. (También tenía creencias limitantes algo inconscientes como de que si me juntaba con alguien que me proveyera económicamente me iba a poder manipular, y yo huía de la manipulación, aunque obviamente por ley del espejo también la atraía, pero ese no es el punto ahorita).
Y bueno sé por experiencia que cuando pides las cosas con fe (estando seguro de que se te concede, es más que ya viene en camino para ti, cuando las pides con esa confianza en la fuerza superior, y además eres específico en lo que quieres, y no dudas después porque confías en esa fuerza superior) pues es prácticamente una ley, se te concede. Así que no fui la excepción, me lo concedió tal cual, nunca especifiqué cuanto quería que durara, si me gustaba, sí me hacía reír, y si lo pude apoyar un tiempo.
Paso 3. Solo espera la respuesta, viene a ti.
Me lo concedió tal cual, y fue fácil reconocerlo, me gustó desde la primera vez que lo vi, nos hablamos hasta que comenzamos a salir con mis amigos y su familia, él era atento, detallista. Buscó la manera de llamar mi atención, como cuando dije -se me antojaron unas papas a la francesa- y él fue a comprar unas solo para compartirlas conmigo.
Recuerdos
También recuerdo cuando se quedaba platicando conmigo de cosas tan simples como el árbol de sandías en Xochimilco, o cuando me dijo q solo bailaba por mí, y cuando me decía – ¡sonríe! –
Era detallista y generoso, una vez me llevó choco flan terminando la reunión, me escribía casi todos los días, me dedicaba canciones, me invitaba helados, y me dijo que le gustaba todo de mí, hasta cuando me ensuciaba comiendo elote.
Nos hicimos novios el día del paseo en galerías, ya se había quedado platicando conmigo en los columpios, y me pidió que lo abrazara. Nuestro primer beso fue bajo la lluvia, cuando me llevaba a mi casa.
También era bromista, un día paseamos en el centro y me jaló hasta meterme en la fuente donde jugaban los niños, terminé empapada, o me despeinaba totalmente el cabello y me abrazaba.
Vi que era dulce con su mamá y con otras chicas también, así es él. Le gustaba que me llevara bien con su mamá y su hermano, en su momento me hizo sentir apreciada, especial, escuchada porque es paciente.
En ese breve tiempo me sentía apreciada y la pasábamos bien, me sentía alegre por momentos. El único detalle era que yo no estaba enamorada, aunque eso no era una condición para la relación en mi caso desde un inicio, porque yo pensaba que jamás me iba a volver a enamorar de todos modos. Y por él solo era mucha ternura la que me invadía estando con él, era un sentimiento más maternal, y él se comportaba como un niño estando conmigo, así que no era como tal una relación de pareja, de iguales y por lo tanto no era sana, duró mucho la etapa bonita.
Un final largo, (porque yo no facilito las cosas)
Surgieron cosas como desconfianza de mi parte, confusión, conflicto interior por mis sentimientos no tan completos, desilusión, apatía, enojo, desgano, fastidio, resignación.
Creo que de su parte era culpa, y la sensación de no sentirse suficiente.
Todo eso puede pesar como piedras en una relación.
Prácticamente para el último año de la relación éramos roomies, no una pareja.
Pero también fui algo necia y aferrada, (como siempre) porque pensaba que las parejas no son perfectas, esta relación no tiene por qué ser perfecta, y mi confusión aun así me llevaba a preguntarme -no se si vale la pena rescatar algo perdido o mejor darlo por perdido-.
Hasta que llegó el momento en que sí me rendí, no sé quien se rindió antes si él o yo, a veces pienso que él, y antes aun pensaba -quizás no lo intenté lo suficiente, pero sí me sentí rechazada, por qué seguir donde no te quieren-
También me sentí culpable por haberlo hecho sentir que no era suficiente.
“Eres suficiente, y mereces ser feliz”
Yo era la que no estaba satisfecha en ese entonces y me proyectaba en él. Ese rompimiento de matrimonio fue en parte el principio de un despertar nuevo, de aprender a disfrutar las cosas como son, a rendirme a la vida, y aceptar todo tal y como es, aceptarme, aceptarte, amarme, amarte, liberarme, al liberar a otros de mis propios apegos.
“Y sí, me liberaste, espero haberte liberado también. Al menos de mí ya estás liberado, jaja.”